Supongo que
mucha gente prefiere apuntar sus sueños a mano en un cuaderno, en
lugar de hacerlo en el ordenador. No es mi caso pero imagino que
puede haber buenos motivos para usar un cuaderno. También puede
ocurrir que muchas personas estén usando el ordenador pero como si
usaran un cuaderno, es decir, que tenga uno o varios documentos de
texto para llevar su diario de sueños, en lugar de utilizar una base
de datos. Todos estos casos son válidos (cada uno se apaña cómo
puede) y en todos podemos limitarnos a escribir el sueño, sin más,
o escribir detalles adicionales que nos podrían ayudar a la
interpretación o a encontrar sueños que quizá están relacionados
entre sí. Entre estos datos, se encuentran las etiquetas o claves,
esas que en el mundo de internet se suelen marcar con el signo #.
En
un diario onírico informatizado en una base de datos esto tiene
mucho sentido porque se puede obtener de forma instantánea un
listado de sueños que contengan la(s) etiqueta(s) de nuestro interés
y así consultar fácilmente lo que estemos buscando en esos sueños.
Como eso está muy bien, quiero dar alguna idea a los que usan un
cuaderno o un documento de texto para hacer algo parecido.
Se
trata de numerar los sueños que vamos apuntando. En un cuaderno o
archivo aparte, asignaremos a cada página una o dos etiquetas (si
tenemos letra grande, o el cuaderno es pequeño, sólo una). Después
de escribir el sueño, iremos al cuaderno de etiquetas y apuntaremos
el número de sueño, en las páginas que lleven las etiquetas que
correspondan al sueño.
Por ejemplo, hemos soñado que
estamos en una chimenea que hecha mucho humo y ese sueño en nuestro
diario tiene el número 20. En ese caso apuntaría ese número en la
página con etiqueta «humo» y en la página de «chimenea».
La
gestión de las etiquetas es complicada y tendremos que ser
especialmente selectivos a la hora de elegir qué etiquetas
apuntamos, porque no vamos a ser capaces de manejar la cantidad de
información que puede manejar un ordenador. Mi consejo es no apuntar
más de cinco claves por sueño, salvo en ocasiones excepcionales. Es
decir, tendremos que prestar mucha atención a lo que hemos escrito y
elegiremos sólo las cosas más relevantes y desecharemos las demás.
Por ejemplo, en el sueño de la chimenea, puede ser que
veamos un par de coches pasar por la calle. Yo no usaría la palabra
«coche» salvo que tuvieran algún detalle que llamara mucho mi
atención. Si veo pájaros a lo lejos y no tienen nada de especial,
no uso la etiqueta «pájaro», pero si un pájaro se posa en mi
hombro, sí. De todos modos, insisto en que debemos usar sólo las
etiquetas que nos resulten más relevantes y dejar de lado las que
tengan relevancia secundaria o no tengan ninguna porque no somos
un ordenador.
También podemos apuntar sólo las palabras
a las que nosotros damos más importancia y desechar las demás,
incluidas las que son relevantes a cada sueño. Es decir, quizá sólo
queremos tener localizados los sueños en los que aparecen nuestra
pareja, nuestros padres, hermanos o hijos… o una ciudad especial
para nosotros. De esta forma también podemos llevar la cuenta y
tener localizados los sueños lúcidos que hemos tenido.
Esto
es sólo una idea que yo nunca he probado y, aparte de lo obvio, no
sé qué limitaciones y problemas puede tener. Si alguien decide
ponerla en práctica es posible que tenga volver a empezar más de
una vez, pero creo que, si simplifica lo más posible, no le será
necesario.
Por último, si quiero aconsejar usar un
documento de texto en el ordenador o, mejor, una hoja de cálculo,
antes que un cuaderno a la hora de hacer esto, salvo que sea
imposible. ¿Por qué? Porque este tipo de documentos son más
flexibles, nos permitirán ordenar alfabéticamente las etiquetas si
queremos, serán más fáciles de corregir, de ampliar y, muy
probablemente, sólo nos hará falta uno para siempre. Además, si
sabemos usar un poco el procesador de texto o la hoja de cálculo,
nos será más fácil localizar las etiquetas para registrar cada
número y para hacer consultas. Eso sí, siempre, siempre, siempre,
por seguridad, tendremos que guardar una copia de ese documento en un
dispositivo distinto.
Aquí muestro algunos ejemplos de cómo se podría hacer, pero tened en cuenta que es posible hacerlo de otras formas, a mí se me ocurren pero no quiero liar más la madeja.
Ejemplo
1: Vista preliminar del documento de etiquetas si asignamos a cada
página una etiqueta.
Ejemplo 2: Vista preliminar del documento de etiquetas si asignamos a cada
página una etiqueta.
Ejempolo 3: Vista preliminar del documento de etiquetas si usamos una tabla en
lugar de poner una etiqueta en cada página.
Ejemplo 4: Vista del documento de etiquetas si usamos una hoja de cálculo en
lugar del procesador de textos.
©POLOSUR.
Puedes
comentar aquí